Guión de Mesías: Episodio 5, Parte 3

JOHN W. WELCH: Para entender lo que pasó en el juicio de Jesús, pienso que debemos considerar que ellos estaban en un estado de emergencia. Ellos sentían que una crisis estaba a punto de suceder. Y no una crisis de alguna clase de disturbios o rebelión, o que quizás los romanos se fueran a disgustar y tal vez destruir el templo. Allí estaba Jesús quien tenía poder para calmar la tormenta, Él era Jesús, quien había levantado a Lázaro de la muerte, lo cual fue la gota final que empujó a los sumos sacerdotes a decir: “Ahora debemos tomar acción en contra de Jesús’.

Esta gente estaba asustada. Ellos temían que Jesús, si no era el hijo de Dios, estuviera usando los poderes de las fuerzas del mal para obrar los milagros que estaba haciendo. Y uno de los requisitos para ser miembro del Sanedrín era la habilidad para diferenciar entre lo que ellos llamaban magia blanca y magia negra, buenos milagros, buenas señas, lo mismo que Moisés mismo había hecho, que obviamente eran legitimas. Pero había además actos de magia negra y cosas que no deberían suceder

Leyendo el discurso del rey Benjamín, que está en el capítulo 3 de Mosíah, curiosamente las palabras del ángel al rey Benjamín acerca de la venida de Jesucristo, él le dice que:” El efectuaría grandes milagros, tales como sanar a los enfermos, resucitar a los muertos, hacer que los cojos anden, los ciegos reciban su vista, los sordos oigan, y sanaría toda clase de enfermedades” (Mosíah 3:5). Pensamos que esto es algo bueno, pero fue profetizado que aunque Él hiciera todas esta cosas: “Aun después de hacer todo esto, lo consideraran como hombre y dirán que esta endemoniado, que él hace estas cosas por el poder de Satanás y lo azotaran y lo crucificaran.” (Mosíah 3:9).

messiah jesus christ mormon filmJOHN F. HALL: Cuando fue presentado por el Sanedrín ante Pilatos Juan dice que Jesús había sido señalado por esa corte como un malhechor. Malhechor es una palabra en español que significa hacedor del mal. Pero viene de la palabra maleficium, que en latín es un crimen, un cargo legal especifico, principalmente por la práctica de magia. Si buscamos en el texto del evangelio de Juan, la palabra que allí encontramos es kakopoios. En griego, la palabra Kakopoios significa maleficus, la cual es traducida como “Malhechor,” pero que de hecho se refiere a alguien que practica la magia.

JOHN W. WELCH: En ese punto, Pilatos entra nuevamente a la sala del juicio y llama a Jesús y dice: “Esta bien, levantemos la acusación final”. “¿Eres tú el rey de los judíos?”. Esta es la frase, Rey de los Judíos , fue el título que Cesar Augusto le dio a Herodes. Así que era un término de cargo político. Jesús nunca dice, sí, yo soy el Rey de los Judíos, Él solo dice: “Yo soy un rey, pero mi reino no es de este mundo”. Y Pilatos queda satisfecho con esa respuesta.

Pero a este punto, Jesús continuó diciendo: “Tú dices que yo soy rey, yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para dar testimonio de la verdad. Todo aquel que es de la verdad oye mi voz.” (Juan 18:37)

Para este momento, Pilatos quien está esperando encontrar algunos testigos, alguna verdad para saber cómo juzgar este caso dice, “Bueno, ¿Qué es la verdad?”. Este es un caso difícil y él decide que no encuentra ninguna base para las acusaciones en nombre de Jesús y regresa a los judíos y dice: “Yo le encuentro sin falta”. La palabra griega aquí es: No hay un cargo legal , en contra de Él”.

JOHN F. HALL: Y acto seguido a esta declaración hace algo extremadamente significativo en la ley romana, se lava sus manos. El lavamiento de las manos lo tomamos a menudo como una señal que declara la inocencia de Cristo. En la ley romana era un procedimiento sencillo, por medio del cual, el magistrado a cargo, da a entender que el caso que se lleva a cabo, no está bajo su jurisdicción.

JOHN W. WELCH: Son los sumos sacerdotes, un pequeño grupo de saduceos muy poderosos quienes constantemente manipulan estos juicios, no los judíos como pueblo, de hecho muchos de los judíos en Jerusalén habían recibido a Jesús, aceptándolo. Fue solamente unos días atrás en el domingo de ramos que ellos lo recibieron como su Mesías, gritando: “Hosanna, sálvanos ahora.” Así que no son los judíos quienes están matando a Jesús, son tan solo unos pocos de ellos. Sin saberlo, como diría Pedro.

ERIC D. HUNTSMAN: Cuando Caifás interrogaba a Jesús, le pregunta directamente: “¿Eres tú, el hijo del Bendito?” (Marcos 14:61), una forma de preguntarle si él era el Mesías. Y Jesús dijo: “Tú lo has dicho”; quizás una de las razones por las cuales las autoridades judías estaban ansiosas de que los romanos ejecutaran a Jesús, no era para evadir la responsabilidad sino porque lograrían su propósito de probar que Jesús no era quien él decía que era: el hijo del Bendito.

Un pasaje en Deuteronomio dice: “Maldito es cualquiera que sea colgado de un árbol”. (Deuteronomio 21:23). Si lo apedreaban, esto no hubiera demostrado que Jesús era maldecido, pero si lo crucificaban, podrían argumentarle a cualquiera, que él era en verdad un rechazado por Dios.

Ahora somos libres.

GAYE STRATHEARN: La crucifixión tiene una larga historia. Era usada por muchas civilizaciones en el Antiguo Mundo. Existen testimonios de que los asirios bajo Salmanasar III, efectuaban crucifixiones. En ese caso, era empalamiento de gente viva y esa era una forma de crucifixión. Sabemos que los judíos la usaron en un momento dado en contra de otros judíos. Pero fueron probablemente los romanos quienes la perfeccionaron y la hicieron un arte de hacer morir a las personas.
La crucifixión fue escogida por lo que era larga, lenta, dolorosa y una terrible muerte. Los romanos podían fácilmente matar a las personas de una manera mucho más económica: decapitándolos o haciendo otras cosas. Pero ellos escogieron la crucifixión, particularmente para aquellos que eran vistos como traidores, ladrones y cosas similares. También, era una forma de afrenta pública. Además, los condenados tenían que cargar su propia cruz, ya sea la cruz completa o probablemente sólo eran forzados a cargar el travesaño de la cruz y luego quedaban expuestos en áreas públicas por el tiempo que les tomara morir.

Antes de ser crucificados, los romanos flagelaban o azotaban a los condenados con látigos con pequeños pedazos de huesos en sus extremos. La idea era para que tuvieran heridas abiertas en su carne, en toda la espalda y los costados, para que cuando estuvieran en la cruz fuera más penoso, sumado al dolor producido por la crucifixión.

Gracias a muchas fuentes literarias sabemos acerca de la crucifixión, pero en realidad, arqueológicamente solamente se ha encontrado evidencia de un individuo que fue crucificado. El hallazgo se hizo en 1968 al norte de Jerusalén. Encontramos los huesos de una persona donde el clavo se encontraba todavía en el hueso y a través de la caliza, que es el hueso del talón, y éste va clavado a la cruz. La forma en que el clavo estaba allí indicaría que tenían un travesaño vertical, probablemente los pies se colocaban a los lados y el clavo atravesaba el hueso más grande que encontramos en el pie para darle soporte. Seguramente algo pasó y este clavo se dobló, así que cuando bajaron a la persona de la cruz no pudieron sacarlo, por lo tanto el clavo continúo en el hueso. Es así cómo sabemos que ellos fueron crucificados.

PAUL Y. HOSKISSON: Todas estas cosas acerca de la crucifixión están en la mente de los escritores del Nuevo Testamento cuando hablan de la crucifixión de Cristo. Pero pienso que aquí el simbolismo es realmente importante. Cuando miramos en Tercer Nefi, capítulo 27 versículo 14, se nos pone de manifiesto el simbolismo de la cruz: “Y mi Padre me envío para que fuese levantado sobre la cruz; y para que después de ser levantado sobre la cruz, pudiese atraer a mi mismo a todos los hombres, para que así como he sido levantado por los hombres, así también los hombres sean levantados por el Padre, para comparecer ante mi”.

El simbolismo de la cruz, de ser levantado, significa que nosotros seremos levantados a la vida eterna. Y no siempre hablamos de este aspecto del simbolismo de la cruz. Tendemos más a concentrarnos en los detalles desagradables y el carácter despreciable de la cruz.

Quiero decir algo más acerca de la crucifixión. Sabemos gracias a la lectura de un pasaje en Josefo que se puede sobrevivir la crucifixión. Josefo habla acerca de tres amigos que él vio crucificados. Y va donde el general romano y le pregunta: ¿Los puedo bajar? El general romano dice: “Por supuesto, bájelos”. Y a pesar de los mejores cuidados Josefo nos dice que dos de ellos murieron. Pero uno sobrevivió. La muerte por crucifixión no es inminente.

y yo creo que este es un elemento básico de lo que aquí está pasando, porque realmente nadie mató a Cristo, como Abinadí lo explica en Mosíah capítulo 15. Cristo, a pesar de que puede morir, no lo podían matar. Él es parte del Padre. Por lo tanto, a Él no lo matan, sino que él voluntariamente decide morir. Pero la ejecución, o Su decisión de morir, tiene que ser de una manera tal, que la gente que no es creyente la vea y diga: ¡Oh lo mataron! ¡Le llegó su fin! ¡Todo se acabó! Pero al contrario los creyentes que la vean digan, como el centurión romano dijo: ¡Este es el hijo de Dios! ¡El muere por su propia voluntad! ¡Él se ofrece a Sí mismo en la cruz! ¡No lo ejecutan en la cruz!

Para mí, esto completa el círculo de regreso a Adán. Porque Adán, con su libre albedrío, escogió la muerte espiritual para ser capaz de crear la vida mortal. Jesús libremente escoge Su propia muerte mortal, para crear la vida espiritual. Así que aún cuando la crucifixión es más bien grotesca, y tiene una larga historia, termina siendo un símbolo muy hermoso y muestra la manera en que Cristo se ofreció libremente por nosotros.

JOHN S. TANNER: En las afueras de las murallas de Jerusalén se localizaba el lugar de las ejecuciones romanas llamado el Gólgota. Estaba situado muy cerca de una vía muy transitada, así como hoy en día, a fin de proporcionar un triste recordatorio a cualquiera que por ahí pasara de lo que les sucedería si osara oponerse a la autoridad romana.

En esa mañana del viernes hace 2.000 años, Jesús muere en la cruz y colocado entre dos ladrones comunes. Con la mayoría de los apóstoles ocultos lo que sucedió en las últimas horas de la vida mortal de Jesús fue presenciado casi exclusivamente por las mujeres. Y lo que ellas oyen y ven, aun hasta el más mínimo y atroz grado de detalle, es el cumplimiento de una profecía.

GAYE STRATHEARN: Los registros de los evangelios hacen referencias específicas con relación a la crucifixión, con el cumplimiento especifico de escrituras..

Mateo hace referencia al cumplimiento de la escritura en lo referente a la rasgadura de las vestiduras y a la apuesta de su capa. Esto es algo que se espera de Mateo, porque a través de su evangelio él hace un énfasis especial, cada vez que Jesús hace algo significativo, para decir: “Esto es el cumplimiento de una escritura, o esto es el cumplimiento de lo que cierto profeta ha dicho”. Y lo entendemos, por el hecho de que su audiencia es una audiencia judía y esto les ayuda a ver la conexión entre el Cristo del Nuevo Testamento y El Mesías del Antiguo Testamento.

Sin embargo lo que es interesante para mí, es que leemos a Marcos y Juan escribiendo cosas similares. Marcos va a hacer referencia a que el hecho de que Jesús fue crucificado en medio de ladrones es el cumplimiento de una profecía. Ahora lo que es interesante para mí acerca de esto es que Marcos está escribiendo para una audiencia romana, una audiencia que no está familiarizada con la biblia hebrea, las profecías y cosas similares, pero Marcos, sin embargo, quiere a hacer notar que esto, es el cumplimiento de una profecía.

Igualmente hace Juan, cuando habla de Jesús quien estando crucificado en la cruz dice: “Tengo sed”, ¿Correcto? Nuevamente Juan dice, concretamente, que esto es el cumplimiento de una profecía. La audiencia de Juan puede que esté o no esté consciente de las profecías mesiánicas, pero tenemos esas situaciones en las que quieren dejar en claro que esto no debe ser nuevo o inesperado. Esto es el cumplimiento de una profecía.

JOSEPH FIELDING MCCONKIE: Cuando este gran trabajo y labor termina, Cristo encomienda todo su ministerio en manos de Su Padre. Y la frase final que Jesucristo dice en la cruz es: “Consumado es”. José Smith, en la traducción de José Smith, que la tenemos al pie de página leemos en Mateo capítulo 27, que Jesús dice: “Padre, consumado es, tu voluntad se ha hecho” y luego entregó su espíritu”.

De esa manera lo que hace es unir la historia de principio a fin. Ahí es donde en un sentido muy real Su ministerio mesiánico comienza, cuando Él se levanta y le dice al Padre en el consejo pre- terrenal: “Iré y haré tu voluntad. Ahora he completado esa tarea, he hecho Tu voluntad” Y así es. Simplemente une todo el plan de salvación en uno solo, todo este sistema de “¿A quién mandaré?”…y “Ya he cumplido la misión, la labor”.

CAMILLE FRONK: Con la puesta del sol cerca y con la preocupación de sepultar el cuerpo de Jesús antes del comienzo del día de reposo, un hombre llamado José de Arimatea, de un pequeño pueblo a las afueras de Jerusalén, solicitó a Pilatos que le permitiera encargarse del cuerpo de Cristo. Parece que José era un concejal, tal vez, hasta un miembro del concejo del Sanedrín. Junto a él estaba Nicodemo, otro miembro del concejo, lo más probable es que ellos no participaron del juicio a Jesús la noche anterior.

José tenía una tumba para un hombre rico. Parece que él y Nicodemo estuvieron allí solamente un corto tiempo, para envolver el cuerpo en la mortaja y poner los ungüentos que alcanzaran a aplicar. Usualmente esto es lo que las mujeres hubiesen hecho y hay evidencia de que había mujeres de Galilea las que estaban cerca de la cruz y siguieron a Nicodemo y a José a la tumba donde descansaría el cuerpo.

Aparentemente no había tiempo suficiente para el ritual acostumbrado, de preparar el cuerpo para el sepelio, estas mujeres no podían regresar al día siguiente, porque era el día de reposo. Si el día siguiente era sábado de Pascua, entonces el día siguiente era el día de reposo semanal, así que pasarían un par de días más antes de que pudieran volver a la tumba. Muy temprano en la mañana del domingo, llegaron a la tumba, parece que para ver si ellas podían ungir el cuerpo de la forma en que hubieran deseado hacerlo antes. No sabemos mucho acerca de estas mujeres de Galilea. Conocemos el nombre de María Magdalena y María la madre de José y Santiago. Estas mujeres regresaron el domingo en la mañana con ungüentos para hacer que el cuerpo oliera bien el mayor tiempo posible, pero encontraron la tumba vacía.

JOHN S. TANNER: Creo que a veces los estudiantes y los turistas piensan que tienen que venir a la Tierra Santa o venir a Jerusalén para realmente apreciar el Nuevo Testamento y el Salvador. Pero esto no es cierto. Este es el Salvador de todos los tiempos, de todos los pobres que nunca tendrán la oportunidad de estar acá, sin embargo de la manera más importante, toda persona puede llegar al Salvador, puede llegar a Jesús, llegando allí con el corazón, fe, el estudio de las escrituras y con oración. El mismo dijo; “Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno…abre la puerta, entraré y cenaré con el” (Apocalipsis 3:20). Y esta es una gran promesa, para todos los creyentes, de que usted no tiene que estar en la última cena, no tiene que estar en los lugares de su ministerio, o venir acá a la Tierra Santa. Pero ciertamente usted puede invitarlo a entrar en su corazón y en su vida.

La última semana de Cristo se caracteriza por sus enseñanzas en la última cena, su sufrimiento en Getsemaní, una audiencia en el palacio de Caifás y el juicio ante Poncio Pilatos y finalmente la crucifixión en el Gólgota. Aquí profiere sus últimas palabras: “Consumado es”. “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Juan 19:30). Estos eventos están en el pináculo de su ministerio terrenal y conducen a su triunfo sobre la muerte física y espiritual gracias a la resurrección.

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