Guión de Mesías: Episodio 3
¿Quién es este antiguo personaje que aparece al epicentro de la historia? ¿Es un gran maestro? ¿Un revolucionario? ¿Un Profeta? O ¿es realmente el hijo divino de un padre divino, el Salvador del mundo? Buscando contestar estas interrogantes, muchos estudiosos han puesto de lado la divinidad de Jesús y han separado al hombre mortal de aquel Jesús de fe,… el Hijo de Dios. Hoy, intelectuales mormones buscaran unir de nuevo la historia y la fe, el estudio científico y la revelación moderna, y así lograr un mejor entendimiento de quién era, y sigue siendo hoy, Jesús.
Después del bautismo de Jesús en el río Jordán, los escritores evangélicos describen el poder y la autoridad divina que Jesús manifestó al inicio de su ministerio, su rechazo a Satanás en el desierto, la purificación del templo de Jerusalén y el llamamiento de los doce apóstoles, es todo evidencia de que Jesús reconoció y aceptó su llamamiento prometido como el Mesías.
JOHN S. TANNER: De niño, Jesús le dijo a sus padres: “¿No sabíais que en los asuntos de mi Padre me es necesario estar? Lucas dice “Pero ellos no entendieron las palabras que les habló” (Lucas 2:49–50). Pareciera que los padres de Jesús no captaron plenamente Su referencia a Su ministerio mortal.
La pregunta más importante y profunda es, ¿Qué tan consiente estaba Jesús mismo de Su misión mesiánica y Su naturaleza divina? Muchos académicos han debatido largamente esta pregunta de si Jesús se proclamó a Sí mismo como el Mesías, o si han sido Sus seguidores posteriores los que le atribuyen esta divinidad. Actualmente esta pregunta apunta a la raíz misma del cristianismo.
THOMAS A. WAYMENT: En la actualidad, uno de los debates más acalorados entre los eruditos es el hecho de si el mismo Jesús creía ser el Mesías o el Salvador del mundo, o si fueron otros los que colocaron esas palabras en Su boca después de su muerte. Para entender el problema y entender mejor porque hay tal debate, porque cuando leemos el Nuevo Testamento es bastante obvio que Él enseñó estas cosas, vemos que Juan lo proclama y también vemos a Jesús proclamándolo. Detrás de este debate hay un documento, un documento hipotético, llamado Q. Algunos académicos han notado que hay copias literales entre los primeros tres evangelios, Mateo, Marcos y Lucas. Y lo que ellos han hecho es tomar estos tres evangelios y tratar de discernir quién fue el primero, quién fue el segundo y quién el tercero. Y con esto podemos determinar quién fue la fuente original. Lo que hemos podido ver casi con certeza es que Marcos es la primera fuente. Y una vez que tomamos a Marcos y lo comparamos con Mateo y Lucas, vemos aproximadamente 65 versículos que son copias literales entre estos dos autores evangélicos. Pero entre estos 65 versículos, parecería que estos dos autores usaran una sola fuente. Esa fuente es designada por los académicos como Q de la palabra alemana Quelle que significa fuente. Se cree que Marcos es el más antiguo de los documentos cristianos.
Ahora, cuando usted tiene ese documento y ha hecho esas presunciones, lo que no esté en Q es secundario; secundario para Jesús, secundario para la cristiandad. Y con esa presunción se pueden hacer muchas más, como por ejemplo, que Jesús, en el documento Q nunca dijo ser el Mesías y por eso Jesús nunca dijo ser el Mesías. Pero son muchas las suposiciones y esto puede llevar a conclusiones erróneas, por ejemplo: Jesús no creía que Él era el Mesías.
GAYE STRATHEARN: Y realmente se desarrolla este tipo de cambio entre la hermenéutica de la fe y la hermenéutica de la sospecha. Con hermenéutica, me refiero a la interpretación. Y esta hermenéutica de sospecha era que debía existir un distanciamiento entre la iglesia y la academia. Thomas de Aquino solía decir que necesitamos de una razón para entender las escrituras, pero él entendía la razón como el comprender la mente y la voluntad de Dios. Al llegar a la época de las Luces, la razón humana es la razón humana, no necesitamos de nada más que nos ayude a razonar. Así que si hay algo que no podamos explicar a través de la razón humana, es algo que debemos desechar, no se deben discutir. David Strauss diría, los milagros no suceden porque no se pueden comprobar a través de la razón humana.
Entonces las suposiciones que uno tiene, van a ser un prejuicio a los resultados obtenidos. Y ciertamente todos suponemos algo. No hay nadie que lea el texto y que no tenga sus propias suposiciones. Algunos académicos bíblicos asumen que Dios no existe, que él no es una parte de la experiencia humana y por lo tanto en el Nuevo Testamento cuando vemos una combinación del cielo y la tierra para ellos no puede ser histórica. Ellos leen el texto con otros ojos.
THOMAS A. WAYMENT: Algo que es bastante difícil para los creyentes de entender al igual que para los investigadores, es que están estudiando a gente de fe y sin embargo, ellos mismos no creen. Y tenemos un antagonismo. ¿Cómo puede un no creyente entender a un creyente? ¿Cómo puede un creyente entender a un no creyente?
Pero al fin de cuentas son las suposiciones las que van a determinar el resultado final. Si usted cree en milagros usted no los ve como algo secundario. Si usted cree que Jesús era el Mesías, entonces cuando él lo dice puede ser verdad, pudo haber sido el Mesías. Pero si usted no cree que Jesús era el Mesías, que él era un humano y que los Milagros son una leyenda, entonces cuando usted lo analiza va a encontrar la manera de sacarlo de la historia y llegar a un Jesús académico.
JEFFREY R. CHADWICK: Cuando Juan el Bautista tenía aproximadamente treinta años empezó su ministerio como un profeta de Dios. La reacción inmediata del público fue emotiva y llena de expectativas. El pueblo Judío no había visto un profeta de Dios en generaciones, pero fácilmente lo reconocieron como tal.
CAMILLE FRONK OLSON: La gente escuchó a Juan y salieron de las ciudades para verle. Desde muy temprano leemos de multitudes, e incluso algunos de los publicanos y algunos de los soldados estaban allí diciendo, ¿Que necesitamos hacer? La propuesta es realmente dramática, y de hecho en Lucas 3: 15 dice “estando el pueblo a la expectativa”, existe esa idea de que hay cierta ansiedad por algo. Y el resto del versículo nos indica que “todos se preguntaban en sus corazones si acaso Juan era el Cristo” Lucas 3:15. Esa expectativa está latente. En muchas de sus mentes Juan llena los requisitos y ellos están saliendo en multitudes de las ciudades para escucharlo, y cambiar sus vidas.
JEFFREY R. CHADWICK: En el primer capítulo de Juan, versículo 24 leemos que muchos de los que vinieron fueron enviados por los fariseos, y entre ellos se encontraban los que le preguntaron, ¿Quién eres tú y cuál es tu misión aquí? Los fariseos, al igual que la población judía, honraron a Juan como profeta y estaban igualmente frustrados y profundamente tristes al momento de su ejecución a manos del rey Herodes Antipas.
Sin embargo, los saduceos, aquellos sacerdotes y élderes encargados del gobierno y la administración de Judea y Jerusalén por varias razones no estaban totalmente satisfechos con Juan. La primera y más importante eran sus creencias de que la era profética había terminado y los saduceos se resistían a cualquier nuevo intento de aceptar nuevos profetas. Segundo, los saduceos se oponían abiertamente a la noción de un Mesías en Israel, un Mesías que se convertiría en un rey que cambiaria el orden de cosas, incluyendo el orden político. Los saduceos- sacerdotes y élderes – eran aliados de Roma y de hecho estaban colaborando con Roma en el gobierno de Judea, mientras que el gobernador de Roma se encargaba de los negocios de Judea en un sentido regional, los saduceos, guiados por el sumo sacerdote, gobernaban Jerusalén y no necesitaban de nuevo profeta trayéndoles profecías del próximo Mesías para perturbar el manejo de sus obras en Jerusalén y en el monte de el templo. Así que los líderes fariseos, incluyendo personas como Nicodemo, quien se sentaba en el senado judío, el Sanedrín de 71 miembros, probablemente estaban emocionados con la aparición de Juan. Los saduceos se oponían fuertemente a Juan al igual que se opondrían a Jesús.
GAYE STRATHEARN: Después que Jesús fue al templo cuando tenía 12 años de edad, el único registro de las escrituras que tenemos de la vida de Jesús está en Lucas, quien nos dice que él regresa a Nazaret y permanece bajo la tutela de sus padres. No sabemos nada acerca de su adolescencia ni de primeros años como adulto. De hecho no es sino hasta el año 15 del reinado de Tiberio Cesar, cuando Jesús tiene unos 30 años, que reaparece en el escenario, como lo narra cada uno de los evangelistas. Y en cada uno de ellos siguen a Jesús hasta acá, al Río Jordán, buscando a Juan el Bautista.
CAMILLE FRONK OLSON: El primer encuentro que registran las escrituras entre Juan y Jesús es en el bautismo de Jesús, cuando él llega a la intersección de Betábara, en el Jordán en busca del Bautista.
GAYE STRATHEARN: Juan le dice a Jesús que él no era digno de bautizarlo. Pero Jesús le respondió “Permítelo, porque así nos conviene cumplir con toda justicia “(Mateo 3:15). Jesús reconoce que no necesitaba del bautismo de Juan para arrepentimiento, no obstante, fue bautizado para cumplir toda justicia.
Creo que un buen lugar donde el Libro de Mormón hace énfasis que la Biblia no nos dice, es lo que realmente significa cumplir con toda justicia. Vemos en en Segundo Nefi, capítulo 31, donde Nefi, habiendo visto en una visión esta experiencia, estaba reflexionando acerca de este día. El, hace bastante énfasis en qué significa cumplir con toda justicia. Es para mostrarles a los hijos de los hombres que Jesús sería humilde y para mostrarle a su Padre que era obediente. Y así Cristo estuvo dispuesto a someterse al bautizo, reconociendo a Juan el Bautista y recociéndole a él que no necesitaba ser bautizado, pero que lo va a hacer, para mostrarnos un ejemplo a nosotros y a su padre.
JEFFREY R. CHADWICK: Aunque no necesitaba ser perdonado por sus pecados, esa preparación autorizada de llevar a cabo el bautismo, la cual también lo prepararía a llevar a cabo su misión como adulto, era necesario recibir esta ordenanza por medio de Juan. Y así fue que Juan bautizó a Jesús y le sumergió en las aguas del Jordán.
CAMILLE FRONK OLSON: Después del bautismo, Jesús sube de las aguas, los cielos se abren y ve al espíritu de Dios que descendía hacia él en forma de paloma. “Y he aquí una voz de los cielos que decía, Este es mi hijo amado en quien me complazco” (Mateo 3:16–17).
Algo diferente pasa esta vez y parece ser la confirmación del testigo. Esta vez la señal de una paloma y el testimonio del Espíritu Santo le da esa profunda certeza a Juan, no sólo de que es un hombre extraordinario el que acaba de bautizar, sino que realmente es el hijo de Dios. No hay duda, Juan sabe exactamente quién es él. Lo sabe por medio del testimonio del Espíritu Santo. Este es el hijo de Dios. El está llevando a cabo su papel como precursor, como Elías, El y solo él, pre-ordenado para bautizar al hijo de Dios. El sabe que lo ha hecho.
ANDREW SKINNER: No muy lejos de aquí, Jesús fue bautizado. Justo a mi mano derecha está la antigua ciudad de Jericó y un poco más allá el río Jordán donde creemos que Jesús fue bautizado. El bautizo de Jesús fue un ejemplo extraordinario de la obediencia a los mandamientos y deseos de su Padre. Y pienso que es justo decir que para la mayoría de la gente que el bautismo de Jesús marca el principio de su ministerio mortal. Y pienso que uno se imaginaría que después de esta demostración de poder y autoridad dada en su bautismo, que Jesús inmediatamente iría a Jerusalén y empezaría a predicar y a exhortar en la cima de una montaña o en el templo donde enseño a menudo. Pero de hecho este no fue el caso. Mucha gente asegura que Jesús vino cerca de la antigua ciudad de Jericó. Este árido desierto se convierte en un lugar de ayuno y oración para el Salvador. Y al final de los 40 días, también se convierte en un lugar de tentación.
S. KENT BROWN: Para entender el desierto de Judea, se necesita una idea de la topografía de esta región. Empecemos con Jerusalén aquí al lado oeste del Monte de los Olivos, hay un camino que discurre alrededor del sur del monte de los Olivos y llega hasta el Mar Muerto y que se conoce como El Camino de la Sal. Hay otro camino que va por encima del Monte de Los Olivos, atravesando el valle de Quidrón, hay otro camino por la ladera este que llega hasta Jericó. Entre estos dos caminos, al igual que al norte y sur se encuentra el desierto de Judea. No hay nada Plano en esta topografía. Está lleno de Colinas que se han desgastado durante miles de años por la lluvia, el viento y demás.
ROGER R. KELLER: Jesús ayuna en el desierto por un periodo de 40 días. Parece que el Espíritu lo ha sostenido por este periodo de tiempo y cuando este periodo finaliza, es cuando Satanás viene a él. Y es allí que él comienza a retar y a tentar a Jesús. Probablemente la palabra tentación también se puede traducir como tribulación. Así que estos fueron realmente tribulaciones a las que el Salvador fue sometido. No hay duda de que fueron tentaciones pero definitivamente esta fue su prueba antes de comenzar su ministerio, las cuales nunca se alejaron por el resto de su vida mientras trataba de cumplir lo que su Padre lo llamó a ser y a hacer.