Guión de Mesías: Episodio 4, Parte 2
JOHN W. WELCH: Justo a la mitad del sermón del monte y del sermón del templo encontramos la oración del Señor. Justo antes él dice: “Cuando ustedes oren individualmente, háganlo en secreto”. Pero cuando cambia al plural dice: “Cuando vosotros oréis, vosotros pues oraréis así”. Él le enseña una oración formal a su pueblo de forma que encierra el misterio completo de la deidad y todo lo que la gente sabía y hacía en el templo en tiempos antiguos.
VICTOR LUDLOW: Justo al comienzo de la oración del Señor, donde se invoca al Padre Celestial, que es la manera de comenzar una oración, dice: “Bendito sea tu nombre.»
En los Salmos, hay salmos de alabanza y salmos de agradecimientos. La manera en que los académicos diferencian estos dos salmos, ya que son muy similares, es que los de agradecimiento reconocen a Dios por lo que él hace; y los de alabanza reconocen a Dios por quien es él. Esta frase: Bendito sea tu nombre es la frase que utiliza el Salvador cuando reconoce al Señor por quien es él, sus cualidades, su carácter. Cuando reconocemos su gloria, su nobleza, su divinidad, su amor, su caridad, pienso que estamos expresando alabanzas, sin importar si lo hacemos en voz alta o no.
JOHN W. WELCH: La Oración del Señor incluye la petición: “Perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Esta es la clave de cómo recibir misericordia. Si nosotros no perdonamos Dios tampoco nos perdonará.
FRANK F. JUDD: De hecho, la doxología al final de la oración del Señor está ausente en los primeros y mejores manuscritos del Nuevo Testamento, pero en el Sermón del templo si se encuentra. Entonces uno se pregunta por qué ha sido removida de la historia de los manuscritos del Nuevo Testamento. La frase «Porque tuyo es el reino y el poder y la Gloria, por siempre. Amén,» realmente enfatiza la idea de que aún cuando pedimos al Señor bendiciones y usamos estas bendiciones para ayudar a otros, al final todo lo que tenemos y todo lo que somos es gracias a él. Nosotros simplemente le devolvemos lo que nos dio cuando ayudamos a otros en el camino.
JOHN W. WELCH: Las ceremonias en los templos en el viejo mundo sólo se dedicaban para glorificar y alabar a Dios, reconociendo su poder y autoridad sometiéndonos a su voluntad.
Después del Sermón del Monte, Jesús continúa realizando milagro tras milagro ante la gente. Sus acciones reflejaban la verdadera naturaleza de sus enseñanzas. La progresión de los milagros de Cristo hacia su último milagro de levantar a los muertos se asemeja a su propia vida y ministerio.
JOHN F. HALL: Una pregunta acerca del milagro en Caná es: ¿Por qué se hizo tanto hincapié en el evangelio de Juan a un milagro tan simple hasta cierto punto? Cristo tenía botellones llenos con agua, los que convierte en vino durante una boda. Como María tiene un papel de importancia en este banquete, ella estaba preocupada porque el vino se estaba acabando y le pide a Cristo que provea más.
ROGER R. KELLER: Su respuesta hacía ella parece un poco brusca porque Él le dice: «¿Qué tengo yo que ver contigo, mujer? Aún no ha llegado mi hora.» En la traducción de José Smith, la respuesta a María es similar: «¿Que quieres que yo haga por ti? Tu voluntad yo haré, porque mi hora aún no ha llegado.
Una vez más se demuestra que María y su hijo Jesús tenían una relación muy cercana porque María sabía que Jesús tenía el poder para solucionar esta penosa situación. El que se les hubiera terminado el vino a los novios durante su boda hubiera sido algo vergonzoso. ¿Habría visto ya María el poder de Jesús en su juventud durante esos años perdidos, de los cuales no sabemos nada acerca de él? Creo que ya había visto a Jesús usando su poder de diferentes maneras para auxiliar al prójimo, así que sabía que él la podía ayudar.
Ahora, cuando él le dice: “Mi hora no ha llegado aún”, él se refiere a cuando según el evangelio de Juan, él comienza su camino inexorable hacia Getsemaní y la cruz. Esa es realmente su hora y aún no es el tiempo de él mismo ofrecerse. Todo lo que hizo desde ese momento fue un preludio para su verdadera hora.
JOHN F. HALL: Cristo, al escoger hacer este milagro (el cual Juan escoge enfatizar en el segundo capítulo de su evangelio), lo hace porque es un acto simbólico de su misión. Cristo iba a realizar la expiación y el vino es el símbolo de la sangre, así que este milagro representa de alguna forma el sacrifico que Cristo iba a realizar.
ROGER R. KELLER: La razón por la cual este milagro aparece en el evangelio de Juan, es porque señala el nuevo significado del vino en el evangelio. Probablemente también simboliza la expiación de Cristo y su derramamiento de sangre, así como la última cena, de la cual todos participamos cuando tomamos la santa cena y recordamos porque derramó su sangre por nosotros. Igualmente señala el reino eterno que aún está por venir.
GAYE STRATHEARN: Durante los siguientes meses Jesús viajó a través de Galilea enseñado acerca de su reino y sanando a los enfermos. Esta es la época en la que la popularidad de Jesús alcanza su clímax, donde las multitudes lo buscan para aprender más.
Es de esperarse que cuando Jesús regresa a casa en Capernaum una multitud ya lo estaba esperando. Rápidamente la casa donde él se hospedaba se llenó y una multitud se congregaba fuera de la casa.
ALISON COUTTS: Entonces Jesús empezó a enseñar su evangelio y mientras Jesús predicaba, Marcos registraba cada palabra que decía. Pero fue interrumpido por un tumulto en la parte superior. Repentinamente el techo se abre y descienden una cama y en esta cama hay un hombre paralítico. Hubiera sido fácil para el Salvador simplemente sanarlo porque ya lo había hecho antes, mas dijo: “Tus pecados son perdonados”. Este es un gran momento de enseñanza porque nos demuestra que el Salvador no sólo está ahí para aliviar nuestros problemas físicos, sino también los espirituales que son los más importantes. Los escribas y fariseos estaban allí porque estaban buscando una excusa para deshacerse de este hombre que decía ser el Hijo de Dios. Al perdonar pecados él estaba declarando quién era ya que solamente Dios puede perdonar pecados. Al hacer esto confrontaba directamente a los escribas y fariseos.
VICTOR LUDLOW: Ahora, una cosa es que alguien paralizado de la cintura hacia abajo se levante y camine y otra es que se levante de su camilla y cargue con todo y su armazón. Este fue un milagro impresionante para todos aquellos que allí estaban, no sólo porque este hombre fue sanado, sino también por la promesa del perdón que había tras este milagro. De esta manera él demostró que Él era el verdadero ungido por el más alto.
PAUL Y. HOSKISSON: En los evangelios sinópticos hay esta maravillosa historia acerca de Jesús y de los discípulos tratando de cruzar el mar de Galilea, probablemente de oeste a este. En medio de su travesía comienza una terrible tormenta durante la cual Jesús parece estar durmiendo. Los apóstoles están muy preocupados, por lo que, según Marcos, van y despiertan a Jesús quien estaba en la parte de atrás de la embarcación. Y ellos le dicen: «Maestro, ¿No te preocupa que perezcamos?» Y Jesús les da una respuesta interesante. En Mateo, él les responde diciéndoles: “¿Dónde está tu fe?, Paz, cálmense”. Después de decir esto la tormenta cesa y las olas se calman. Los apóstoles estaban asombrados y dicen: “¿Qué clase de hombre es este que aún el viento y el mar le obedecen?”. (Marcos 4:37–41).
JUSTIN SU’A: Now coming from them—they have seen Him bring sight to the blind, they have even seen Christ bring life to a cold corpse. But I believe that they feared exceedingly here, because they have come to the knowledge that nature obeys Christ, and at the very words, “Peace, be still,” the winds ceased and the storm calmed. Ahora tratándose de ellos, ellos parecen haberlo
PAUL Y. HOSKISSON: En el versículo 40 él les responde de una manera singular. Esto incomoda a bastante gente, y también me incomodó a mí por un tiempo, porque él dice: ¿Por qué temen tanto? ¿Por qué no tienen fe?
El bote está a punto de inundarse y ellos iban a morir, así que era comprensible que ellos estuvieran asustados. Sospecho que esta es una alegoría acerca de lo que les iba a pasar a ellos y a la iglesia. Si tomamos el bote como símbolo de la iglesia, más adelante los apóstoles estarían al mando del bote, porque Jesús ya no iba a estar con ellos. Después de su resurrección él iba a estar muy cerca de ellos, pero su presencia no iba a estar ahí, así que esto es lo que simboliza este relato. Él no está despierto, él no está haciendo nada en medio de la violenta tempestad, hasta que le despiertan. Eventualmente la iglesia caería en la apostasía, algo así como si el bote se hubiera hundido. Todos los apóstoles iban a morir uno tras otro, por supuesto con la excepción de Juan. Ahora, la pregunta en este punto es que si usted sabe que va a haber una apostasía, que la iglesia y su autoridad se va a perder, usted va a necesitar conservar su fe. Usted necesita de ésta fe de la que Jesús está hablando aquí y pienso que lo que está enseñando es que a pesar del caos y la maldad en el mundo nos abrume, nuestra fe nos sostendrá a través de esto, aun si el bote se hunde.
JUSTIN SU’A: Quizás la tormenta de la que leemos aquí en Marcos pueda representar el mundo pecador y malvado en el que vivimos. Puede ser un simbolismo de los tiempos en nuestras vidas en los que sentimos que no tenemos control, donde nos sentimos que estamos desesperados y que la única persona que nos puede salvar es el Salvador. Me gusta el consejo que el Señor le da a José Smith en Doctrinas y Convenios 101:16, el recordatorio: «Porque toda carne está en mis manos estad quietos y sabed que yo soy Dios.» Esta escritura y este ejemplo de Cristo calmando la tormenta nos enseñan que el Señor siempre está cerca de aquellos que lo llaman en momentos de gran desesperación y que él está siempre en control.
S. KENT BROWN: Los cuatro escritores de los evangelios sinópticos nos hablan cuando Jesús alimentó a 5.000 personas. Juan nos dice que eran los últimos días de la temporada de la Pascua y Marcos especifica que la multitud se sentó en la grama , así que era primavera, muy posiblemente a principios de Abril. En esta época del año muchos peregrinos venían a esta área, sin lugar a duda algunos de ellos queriendo escuchar la voz del profeta de Galilea y quizá preguntándose: ¿Sanara él a algunos de los enfermos así como lo ha hecho en otros sitios?
JOHN S. TANNER: Otra pregunta en sus mentes debió ser: ¿Es este el Mesías prometido como él lo asegura? De cualquier manera, la gente lo rodeaba y presionaba y él necesitaba un respiro, así que vino aquí, al norte de Galilea.
S. KENT BROWN: Me imagino que hay una distancia considerable desde el oriente hasta donde nos encontramos, pero me encanta la parte en que él no se aleja de la multitud, sino que al contrario, él les enseña y después de un largo día con ellos, los alimenta.