Rebeca Testifica de Jesucristo
Sé que Jesucristo vive. No lo he visto a Él cara a cara, pero he sentido Su amor en mi vida. He encontrado muchas esperanzas al saber que a causa de mi Redentor, puedo ver a mi familia después de esta vida. Debido a la resurrección y expiación de Cristo sé que puedo ser perdonada por mis errores y volver a Dios. Sé que Él me ama incondicionalmente, y dio Su vida por mí. Yo no soy perfecta, pero sé que Jesús sufrió por mis pecados y errores para que yo pudiera arrepentirme y volver a Dios. A medida que he tenido fe en Él, he visto milagros a mi alrededor y he recibido la suficiente fuerza para soportar mis pruebas personales y desafíos. Sé que nunca he estado sola en mi lucha y mi Salvador me puede sostener cuando todo parece perdido. Él es una fuente constante de esperanza, fuerza y luz cuando todo parece oscuro, solo y perdido.
He aprendido de Cristo por mí misma al meditar las enseñanzas en las escrituras y al escuchar el testimonio de los profetas y apóstoles modernos de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (inadvertidamente llamada la «Iglesia Mormona» por otros). (Véase «El Cristo Viviente: El Testimonio de los Apóstoles»). Algunos de mis pasajes favoritos y testimonios de Él incluyen las profecías de Isaías en La Biblia (Isaías 53: 4-7) y cuando Cristo visitó a los antiguos habitantes de las Américas tal como se registró en el Libro de Mormón (3 Nefi 11:9-17). Yo sé por mí misma que mi Redentor existe por el testimonio de paz, calma, felicidad y el gozo inefable que he sentido al saber de Él. Esto ha bendecido mi vida de muchas maneras.
En España, conocí a una mujer que nunca había oído hablar de Cristo y compartí mis creencias concernientes a Él. Ella empezó a leer y estudiar acerca de Su vida en las escrituras y en la Iglesia. Ella se convirtió en una persona diferente. Cada vez que la veía parecía más feliz y sus ojos brillaban con una luz a medida que aprendía por sí misma de que Jesús era su Salvador. He oído a varias personas decir que han visto una luz en mis ojos y esto puede venir de mi amor por Cristo y el deseo de ser como Él. Jesús mismo nos ha suplicado en varias ocasiones en las escrituras el «venir a Él» y creo que Él nos está esperando con amorosos brazos extendidos.
Recursos adicionales:
Aprenda más sobre las creencias mormonas en el sitio oficial de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
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